VEINTISIETE - Sin título

Hola cariños:
El día de ayer fue de lo más insulso aunque con un desenlace inesperado.
Por la mañana estuve haciendo cosas del curro, luego vine a comer a casa y por la tarde me llamó P. Llamó justo cuando la iba a llamar yo, porque llevo unos días (después de Montezuma) sin salir ni quedar con nadie.
A eso de las 6 de la tarde me acerqué a mi querída tienda de Telcel, porque me habían jurado y perjurado que el teléfono estaría listo. Cúal fue mi sorpresa (ninguna) al averiguar que nanai. La dependienta me dice: "¿te importa si nos acercamos hasta mi proveedor que está en Álvaro Obregón, aquí al ladito?", y yo la respondí: "sólo si me lo aseguras", porque me dijeron 2 días y ya llevan 12. Que sí, que sí... así que cerramos su tienda, salimos a lo del proveedor, y hora y media (hora y media!!!) después, me dicen que no.... Con las mismas, cabreado y con la promesa de que esté para esta tarde -día siguiente-, me fui a casa de P. Cuando llegué, todo apurado, ella no había llegado pero sí unos amigos suyos. Fui a por un sandwich al seven eleven.
Llegó P. y nos montamos en dos coches para ir hasta el Auditorio Nacional. Nos invitaban a ver desde un placo el concierto de Juan Gabriel. Lo pasamos bien. cantando, bailando y bebiendo tequila de gorra (Don Julio). El concierto se eternizó no sé cúantas miles de horas. Como curiosidad salieron en un momento 66 mariachis de no se sabe dónde. No pude hacer fotos porque no pude pasar por casa a recoger la cámara.
De ahí nos fuimos a un sitio muy muy muy pijo que se llama "Il canto", como yo iba bien acompañado no pagué entrada ni consumiciones (ya sólo agua).
Pasamos un rato y decidí irme a casa, que tenía ganas de pillar la cama.