OCHO – Xoloitzcuntle

Este día lo escribo tres días después (acabando de llegar de Acapulco), así que va a haber varias cosas que se me olviden... pero todavía, hoy, tengo dos buenos consejeros (aunque se van mañana) que me van a echar un cable.
Veamos... Por la mañana salimos a desayunar a La Tentación, cerca de casa, mientras esperábamos a que apareciera Martín o C. a traernos el coche, pero nos enteramos por teléfono de que no vendrían hasta la hora de comer. Decidimos aprovechar la mañana para hacer turismo y nos fuimos en taxi hasta XOCHIMILCO, primero a la casa museo de Dolores Olmedo Patiño (valoración 9). Allí vimos a los famosos perros sin pelo y sin molares llamados xoloitzcuntles y a un montón de pavos reales pavoneandose por los impresionantes jardines junto a ocas, patos y otros bichos.
A continuación fuimos hasta el embarcadero de Xochimilco a tomar una barca bautizada Sharon. Durante una hora, un barquero nos llevó por los canales y de vuelta nos estuvo explicando las peculiaridades de la zona, ya que es un ecosistema protegido por la Unesco.
Llegamos a comer al Parque Delta (como casi siempre) y una breve siesta hasta que llegó P., un empleado de C., a traernos el coche.
De camino a MORELIA, pasamos por Toluca para ver si había llegado el material de VERACRUZ. Que no. Cuatro horas de viaje. Llegamos a Morelia al Hotel Catedral y después de un paseo fuimos a cenar a un reaturante muy bonito. Cené una ensalada riquísima, y como zombies volvimos al hotel a descansar. Antes nos tomamos una Margarita en el bar del hotel mientras jugamos una partida al dominó. Lucas y papá durmieron juntos, pobre L.