Pude dormir un poco, como hacen los seres humanos. Me desperté y... sorpresa, un día gris. Aún así me decidí a salir a caminar un poco por el barrio. Fui hasta la plaza de "La Diosa", me metí en un par de centros comerciales, uno de ellos muy lujoso y terminé haciendo la compra en otro que queda más cerca de casa: filetes, gatorade, etc.
De vuelta a casa deambulé por Amsterdam (que es una calle que da la vuelta hasta formar una especie de elipse) (ya que esta zona era una antigua zona de carreras de caballo) y me entretuve acordándome de Juano que tenía los mismos puntos de vista que yo sobre Argentina. Aquí pasa igual, las diferencias urbanísticas son muy sutiles. Evidentemente son ciudades distintas, son países distintos, son continentes distintos... pero las mayores diferencias siempre las encontramos en las sutilezas: los telefonillos, las alcantarillas, las aceras, la forma de las farolas, los carteles... más que en los monumentos en si.
Me sorprende, tonto de mi, la cantidad de chapas de botella, que hay incrustadas en el asfalto de las calles... O los coches con el síbolo del peso -supongo que para señalar que están en venta, ¿o para atraer a los pesos?-, la forma cambiante de las aceras en cuaquier parte de la ciudad...
Pero el barrio de La Condesa tiene mucho encanto. Está lleno de bares, restaurantes, terrazas, y el ambiente es de lo más tranquilo (quitando las avenidas).
Por lo demás, hoy no tengo mucho que contar.... recibí un par de llamadas desde ese lejano país llamado España, comí poco, visité el baño unas 5 veces (y eso que estoy mejor), y me dispongo a enfrentarme a los dos últimos capítulos de la cuarta temporada de Lost, proyectados sobre una pared llena de agujeros.
Mañana promete ser más entretenido.
Un saludo, güey.
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