jueves, 2 de octubre de 2008

TREINTA Y CINCO - Chiroriro riro rinco

Queridos hermanos:

Hoy tocó trabajo, trabajo y trabajo. lamento no tener la cabeza para poder contar cosas curiosas sobre este extraño reducto en el que me encuentro. La verdad es que estos días he tenido muchas complicaciones, pero ya se está aclarando todo, como decía ayer.

Ahora mismito me voy a poner a comer después de haber pasado la larga mañana hablando con unos y con otros (los resultados de hoy han sido favorables, por eso estoy un poco más tranquilo).
Como anécdota singular del día he tenido un pequeño incidente con el coche: no lo he podido sacar del puto garaje porque tenía otro detrás, y el propietario no estaba, y yo tenía una cita a las 9 de la mañana y he llegado tarde teniendo que llamr a un taxi, y lo que es peor: teniendo que pagarlo, y me fui lejos lejos, lejos.... Así que empecé cabreado.

Lo bueno es que el taxista era A., el padre de L., la esposa de M., y siempre que me lleva él tenemos profundas conversaciones sobre lo divino y lo humano: mujeres, trabajo, diversión, la ciudad, España, familia. Me lo paso bien con A., pero cada carrera me la cobra a $110... miento, hoy me lo ha dejado en 100.

Y la tarde se presenta tranquila, voy a ir hasta la calle Reforma a ver un par de obras y ya que estamos... a hacer compras, siempre compras....

Por cierto, quiero ser el primero en felicitar a mi cuñada A. (de la triple A), porque mañana es su cumple y gracias a otro A., que me lo ha recordado. Este singular, soso y aburrido post está dedicado a ella y sus rizos. Espero que la queráis felicitar en los comentarios. A., tu regalo está aquí, tienes que venir a buscarlo.... a ver cómo te apañas, jajaja.

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